"Nuestras historias son como pétalos de una margarita, mientras menos pétalos tenemos, más cerca estamos del alma de la flor". Autor Desconocido
La meditación tiene la finalidad de unirnos con la Energía Divina y hacernos conscientes de que hay algo mucho más allá de lo que vemos con los 5 sentidos y creemos que es la realidad. Cuando meditamos, nuestra intensión más profunda es hacernos conscientes de nuestra energía interna y escuchar a Dios conversando con nuestra alma.
Para que el alma pueda salir del encierro, es necesario abrir las capas que la cubren. Estas capas estás hechas por el ego, y no son buenas ni malas, simplemente son y están. Para abrir estas capas del ego, vamos como deshojando margaritas mientras meditamos, y soltamos roles como:
Mi nombre
Mi profesión
Mi estado civil
Lo que creo
Mi propósito
Mi rol en la sociedad; padre, madre, hijo, hija, abuelo, abuela, tío, tía, esposo, esposa, novio, novia, amigo, amiga, etc
Mis definiciones de mi mismo: alto, flaca, gordo, fea, linda, guapo, atractivo, inteligente, madura, honesta, bueno, paciente, generosa, noble, fiel, chistosa, triste, feliz, víctima, injusto, perfeccionista, controlador, segura, inseguro, resentida, etc.
Mis historias y mi pasado
Lo que debería haber sido y no fue, lo que quiero que sea
Mis metas y mis deseos
Mi idea de cómo debería ser yo y cómo soy
Mi idea de cómo deberían ser los demás y cómo son
Mi idea de cómo debería ser Dios
Este artículo propone ir soltando cada una de las capas aquí mencionadas, hasta quedarnos con el centro de la margarita, sin ya ningún pétalo o muy pocos y muy chiquitos. Al ir sacando suavemente los pétalos o capas durante la meditación, nos vamos conectando cada vez más con la Energía Universal y nuestra alma se da un baño de energía y se llena de Sus cualidades: paz, amor, sabiduría, inteligencia, paciencia, aceptación, belleza, alegría, felicidad, bondad, estabilidad, flexibilidad, intuición y mucho más. Es sumergir el centro de la margarita en polvo de estrellas, para que todo se vuelva nuevo. Es decir nuestro yo suelta el control y se deja guiar por nuestra alma, que conoce el camino de regreso a casa, a sentirse uno con el Amor Universal, a sentir la sensación más placentera que existe, que es flotar en la Energía Divina y en la Unión con Dios.